Levaduras, científicos y otras yerbas

Historias que involucren levaduras, aventuras del pensamiento y unos mates.

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Location: Parque Chas, CABA, Argentina

Docente e investigador

Friday, September 01, 2006


UNA ENTREVISTA SOBRE AMEGHINO.

Conozco a Carlos desde hace tiempo. Hicimos el secundario juntos, en la carrera de química. Luego yo me dediqué a las letras y él siguió con los tubos de ensayo.
Le había explicado por teléfono que necesitaba hacer un reportaje para un blog y accedió. Convenimos en que podría decirme algo sobre Ameghino.

Llegué a horario a la Facultad de Medicina. El edificio de la calle Paraguay tiene las estatuas de Paracelso. Pasteur, Barnard e Hipócrates en su frente.
Subí al quinto piso y lo encontré, sentado esperándome.

¿Que se siente trabajar acá?
Bueno, depende de la época del año. Ahora estamos en época de clases con exámenes y eso es un poco más movido. Hay muchos alumnos. Son cerca de 3000.
Bastantes ... ¿Cuándo empezó tu acercamiento a Ameghino?.
Parece extraño pero fue en la escuela primaria. Yo vivía en Boedo. Iba al colegio Florentino Ameghino. Independencia y Mármol. Era la escuela nueve del distrito escolar octavo. En la Dirección del colegio había un cuadro de Ameghino. Pintado con colores oscuros. Me impresionó. Allí un hombre serio y compenetrado analizaba algunos fósiles. Nunca puede volver a verlo porque ese colegio fue derrumbado para construir una plaza.
¿Qué puede ser interesante de él a casi 150 años de su nacimiento?
Él enfrentó muchos desafíos. Todos los tenemos en cualquier carrera. Ameghino mostró siempre una gran tenacidad y creatividad para enfrentar situaciones difíciles. Quizás hoy cueste entender sus peripecias. Él hacía ciencia en una época sin las estructuras o instituciones que tenemos hoy. En su época no había un organismo como el Conicet que a través de becas permite que la gente se incorpore con menos sobresaltos a la investigación. Las Universidades han imitado esto y el apoyo es mayor auque siempre es insuficiente.
¿Y qué otros desafíos enfrentó?
No era parte del “establishment”. Los principales eran gente relacionada con el naturalista Burmeister. Ameghino no era parte de esos grupos. Hay que tener en cuenta que Ameghino fue uno de los primeros en hablar de evolución en nuestro país. Recién nueve años antes de fallecer recibió un nombramiento en la Facultad de Ciencias de la Plata. Muere a los 57 años a raíz de complicaciones por la diabetes.
¿Cuándo empezó su trabajo?
Nació en la provincia de Buenos Aires en 1854 y de chico con su hermano Carlos, empezaron en forma autodidacta a coleccionar huesos cerca del río Lujan. Un preceptor, viendo sus condiciones le consiguió un cargo para que pudiera estudiar en Buenos Aires. Así empezó a armar colecciones y a escribir sus trabajos. El primero fue en 1877 a partir de una compilación de su primera polémica con Burmeister. En 1878 logra viajar a Europa en donde algunos de sus fósiles fueros comprados. Pero al volver siguieron sus problemas económicos y con su hermano fundaron dos bibliotecas para subsistir. La más importante estuvo en La Plata.
Pero: ¿Qué ha hecho que su nombre sea una referencia en la ciencia?
Quizás la imagen que de él pinta José Ingenieros en “El Hombre Mediocre”. Allí Ingenieros da dos ejemplos de “genios”. Uno es Sarmiento y el otro Ameghino. Parece que Sarmiento tuvo más suerte y reconocimiento posterior.
¿Y cuál es tu opinión?
A veces es bueno dejar que los textos nos den una pista. En el año 1906, Ameghino dio una conferencia al ser nombrado miembro de la Sociedad Científica Argentina. Allí pronunció su “Credo” y antes de leerlo expresó:

“No se debe destruir por simple placer sino en vista de una reconstrucción más perfecta. Los esfuerzos del hombre deben encaminarse siempre hacia el conocimiento de la verdad, cuyo culto será la religión del porvenir. Una creencia destruida deja en nuestro espíritu un gran vacío. No debemos, pues abandonar una creencia sino en el caso de que podamos substituirla con otra que nos resulte más próxima a la verdad. Durante mi ya bastante larga existencia he abandonado muchas creencias sin que dejaran vacío alguno en mi espíritu, porque tuve siempre la buena suerte de substituirlas con otras a las cuales encontraba más en armonía con los conocimientos que iba adquiriendo”.

Yo recalco la idea de creer en algo. Es decir tener siempre una hipótesis de trabajo, principio o paradigma. A partir de esto es posible buscar algo mejor. Me parece que cuestionar todo por deporte no lleva a ninguna parte. Me parece útil entonces tener alguna explicación o interpretación, aunque sean limitadas, y modificarlas a través de la experimentación.
No quiero robarte más tiempo porque sé que tenés que terminar de corregir parciales. Muchas gracias.

Bajé por las escaleras, ya que los ascensores no funcionaban, imaginándome ese cuadro de Ameghino.

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