Levaduras, científicos y otras yerbas

Historias que involucren levaduras, aventuras del pensamiento y unos mates.

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Docente e investigador

Thursday, September 07, 2006

LOS NAVEGANTES Y LOS PLANOS.

En muchas oportunidades cuando iniciamos un proyecto aparecen diferentes obstáculos.
Mucho se ha dicho, y se seguirá diciendo, sobre los viajes de Colón.
Su actitud muestra que quien hace algo introduce un cambio en el mundo. Quizás los demás pueden dedicarse luego a analizarlo, hacer comentarios o criticar.
Sin embargo el hecho inicial surge a pesar las de trabas y los obstáculos...


No piense que Cristóbal Colon los extirpó.
No. No lo crea. Tampoco los subestime.
Han dejado descendencia. Mirando a su alrededor los podrá ver.
En el año 1492, los Planos, libraron su batalla más conocida. Quizás no fue la más importante pero si aquella en que se vieron en la obligación de salir a la luz.
A través de innumerables argumentaciones habían llegado a la conclusión de que el viaje de Colón era una locura. Ellos no tenían dudas de que la tierra era plana.
Viajar entonces era sinónimo de catástrofe.

Pero el Navegante no hizo caso de eso.

A través del tiempo los Planos debieron entonces mejorar su prosa para luchar contra los Navegantes. Han pronunciado frases a modo de sentencias: “Ningún objeto más pesado que el aire puede levantar vuelo”. Excelente. Irrefutable. ¿Quién puede dudar de ello?. Nadie. Y sin embargo los aviones vuelan. No quiero aburrir al lector con los comentarios de los Planos concernientes a vacunación, nutrición, astronomía y otras tantas cosas que han cambiado la vida de los seres humanos. Nada se hubiera podido lograr si hubiéramos escuchado a los Planos.
Sus argumentos son parálisis pura.

Pero los Planos, al darse cuenta que perdían muchas batallas contra los Navegantes, pidieron ayuda a otros grupos: los Judas y los Tibios. Los Judas ya eran famosos antes del episodio de Jesús y tienen la ventaja de que quizás no creen en lo que hacen, pero lo hacen. Eso es una gran ayuda para los Planos.
El aporte de los Tibios es más sutil. Ellos se acercan a modo de “crítica bien intencionada” y dicen: “Esta bien... pero quizás no conviene apurarse tanto”. “Hay que considerar otros factores”. “No sé si este es el mejor momento” “¿Ud. va a hacer eso?”.
La actitud de Los Tibios puede ser muy efectiva. Detrás de un halo de supuesta objetividad, encuentran todo argumento en contrario. De esa forma llevan agua para el molino de los Planos.
De esa forma se pasa la vida y las cosas se olvidan.

Por lo tanto la tarea del Navegante es dura. En solitario, sin saber bien en quién confiar, debe mirar al mar y levar las anclas. Allí lo espera la gloria o la tragedia. Sólo es seguro que al final del viaje, su vida habrá cambiado.

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