Enseñanza y Abandono

En los años que he estado dando clases en la Facultad de Medicina (UBA) he visto una degradación constante de la enseñanza.
El edificio es un desastre. No tiene finalizada la conexión de gas.
Nuestra aula de Bioquímica es una de las peores. Han cubierto con un pizarrón las baldosas que se levantaron en el medio del aula. No funcionan los retroproyectores ni tenemos PC para usar con los cañones. Hace siglos que no hay dinero para hacer trabajos prácticos. Todos los cargos son interinos, razón por la cual nadie tiene asegurado nada. Menos si protesta.

Estoy afiliado a la gremial docente (AGD). Si bien no comparto muchas de sus posiciones de izquierda creo que son honestos. Sin embargo poco han podido hacer para evitar mínimamente este deterioro.

Si alguna enseñanza puede quedar de todo esto de cara al futuro es la siguiente:
Es importante que los edificios y aulas estén sanos. Sin pintura vieja ni revoque en el piso.
Aulas limpias. Iluminación adecuada. Caja chica para encarar gastos. Mantenimiento constante.

Tendemos a pensar que pedir que un lugar esté limpio es una frivolidad y no es así.
Mucha gente de izquierda piensa que pedir limpieza y orden es ser un represor.
No es así.
El orden está inmerso en nuestra vida.
Los aminoácidos están más ordenados en una proteína que si estuvieran sueltos. Gracias a eso cumplen su función.
Negar la importancia del orden e higiene es empezar a socavar herramientas útiles para cualquier proyecto.
Nos guste o no hay posiciones ideológicas que terminan defendiendo el desorden y la suciedad.

Una Facultad con características de tapera indica una despreocupación por el objetivo de la institución.