Levaduras, científicos y otras yerbas

Historias que involucren levaduras, aventuras del pensamiento y unos mates.

My Photo
Name:
Location: Parque Chas, CABA, Argentina

Docente e investigador

Sunday, December 30, 2007

Joseph Lister (1827-1912) y la Práctica de la Cirugía.

Navegando en sitios de Internet di con la página www.librivox.org.
En este sitio hay archivos de libros tanto para leer como para escuchar. La mayor parte de lo que se puede escuchar está grabado en idioma Inglés pero hay archivos en Francés, Italiano y en Español.

Entre los textos en Inglés di con uno que me interesó por su relación con las condiciones de asepsia. El texto es del libro “On the Antiseptic Principle of the Practice of Surgery” escrito por Joseph Lister en el año 1867.

Joseph Lister (1827-1912) fue un cirujano formado en el “University College” de Londres, graduándose en el año 1852. Posteriormente pasó al “Royal College” de Cirujanos de Londres.

En la época en que Lister practicaba cirugía uno de los principales problemas de esa práctica médica era que las suturas se infectaban, apareciendo a raíz de esto complicaciones que podían llevar a la muerte.

A veces me cuesta imaginar de qué forma se hacían las cosas en otros tiempos. Actualmente hay tantos cambios en la medicina y tecnología que muchas cosas que hoy son parte de nuestra vida diaria no existían en otros tiempos. El concepto de asepsia y de condiciones de esterilidad no formaban parte de la práctica médica de mediados del siglo XIX.

Lister había leído y comprendía los trabajos recientes de Luis Pasteur sobre fermentación.
De esos trabajos dedujo que había tres formas de evitar la contaminación por microorganismos: a) por calentamiento (lo que hoy llamamos esterilización) b) filtración y c) por el uso de sustancias que destruyen a los microorganismos. Claramente para la práctica médica lo único que podía adaptarse era la tercera opción. Lister usó entonces soluciones de ácido carbólico (ácido fénico o fenol) en forma de spray. No sólo lo aplicó para limpiar las heridas antes de las suturas sino también para los instrumentos de cirugía y la limpieza de manos de los cirujanos.

Gran parte de su experiencia la volcó en el libro que he mencionado. Allí en forma detallada se explica el uso de su solución de ácido carbólico. La mejora introducida por Lister, resistida al principio por sus colegas, fue notable. Sus operaciones no traían complicaciones posteriores.

Tal fue el prestigio de Lister que antes de que Eduardo VII asumiera pidió que Lister se ocupara de su operación de apendicitis. El rey llegó a decirle al médico, luego de su asunción, algo así como: “si no fuera por usted, yo no estaría aquí”.

La estampilla al inicio de esta entrada, dedicada a Lister, tiene como fondo la estructura del ácido carbólico (una estructura hexagonal con un átomo de oxígeno). Quizás para los no médicos como yo el nombre de Lister es más conocido por otras razones. A fines del siglo XIX se bautizó con el nombre “Listerine” un enjuague bucal y también a una bacteria (Listeria).

Me gustaría agregar que en este caso admiro la capacidad de Lister de “llevar o extrapolar” la información de las células de Pasteur, a una práctica en tejidos humanos. Es una verdad de Perogrullo que las aplicaciones o la ciencia aplicada sólo es posible si hay ciencia básica.
Lo que no es fácil, es transferir o imaginarse de qué forma el conocimiento de un sistema modelo se adapta a otro sistema más complejo.

Sitio de Internet: htt://www.librivox.org