HENNING MANKELL: LOS PERROS DE RIGA
Terminé de leer “Los perros de Riga” de Henning Mankell
He leído bastantes historias de Sherlock Holmes, Poirot, Le Carre
y cuanto policial negro cayera en mis
manos. No había leído nada de este escritor y por eso decidí comprar los libros que se vendieron con las ediciones
del diario Clarín. Casi 100 pesos cada libro no me pareció exagerado.
Leí el primero de la serie del detective Kurt Wallander y no
me llamó demasiado la atención.
Sin embargo el segundo de la serie, “Los perros de Riga”, me
ha sorprendido por lo bueno.
La historia parece
simple. En un bote cerca de la ciudad de Istad encuentran dos cuerpos sin vida.
Balazos a quemarropa fueron la causa de la muerte. Los cuerpos muestran además
señales de haber sido torturados.
Kurt recibe órdenes de ocuparse del caso pero progresa
lentamente. Le informan que dos policías de Letonia vendrán a investigar si los
muertos corresponden a dos delincuentes buscados en ese país. Los policías letones
se cercioran que los cuerpos son de su país, específicamente de Riga y la idea
es que allí termine la investigación. Por lo tanto de ahí en más se ocuparán las
autoridades de esa ciudad. Al regresar a su país uno de los dos policías
resulta asesinado. Debido a que el caso
se inició en Suiza, Kurt es invitado a viajar para colaborar con la
investigación. Para sorpresa de Kurt la
investigación termina abruptamente cuando un detenido “reconoce” haber cometido
todas esas muertes. Kurt sabe que hay gato encerrado pero nada puede hacer
porque el gobierno letón le agradece su ayuda y le da rápidamente los pasajes
de vuelta. En el interín Kurt se enamora en forma platónica de la viuda del
policía. Ella le pide que vuelva para ayudarla a resolver el caso.
Kurt quiere ayudar pero sabe que es una locura ir a un país
dominado por la bota Rusa sin autorización alguna ….
Quiero mencionar las cosas que me llamaron la atención de
esta novela:
1) Es
sorprendente la forma en que aparece la información o los hechos nuevos. Uno no
se da cuenta de cómo se desenrolla el ovillo. En general hay confusión en la
investigación y poco a poco va goteando la verdad. Sin que nos demos cuenta.
Magistral. No es CSI en que cae una unidad que toma la muestra y las
computadoras tiran los datos. No. Aquí hay razonamiento, papeles con
conjeturas, charlas entre tazas de café y la verdad aparece lentamente entre nubarrones.
2) El
policial pasa a ser una novela de espionaje cuando Kurt vuelve a Riga. Deja de
ser policía para espiar y robar información al gobierno extranjero. Se ve
claramente la forma distinta de su forma de trabajo. En Suecia Kurt debe lidiar
con la burocracia, falta de recursos y expectativas en una una sociedad con
delitos cada vez más complejos. En el primer libro de la serie, Kurt no
entiende los nuevos “códigos” o “criterios” de los criminales. Al pasar a Riga
siente la vigilancia de un estado opresor en donde todo está planificado. En
Riga olfatea la connivencia del poder estatal con la corrupción.
3) Kurt
no es Superman ni Batman. Pega una trompada y le duele toda la mano, su hija y
su padre se llevan mal con él. Su ex esposa se fue de la noche a la mañana. No
quiere escuchar nada de él. No está en línea, no hace deporte y el médico le ha
dicho que cuide su corazón. Sólo encuentra satisfacción al escuchar discos de
María Calas.
4) Subyace
en esta novela la opresión y brutalidad de un estado sometido a Rusia. Con
marxistas que actúan más influenciados por Al Capone que por Marx. Una
valorización que Kurt hace de la libertad de su país. Aunque él lleve una vida
en que no sabe bien qué hacer con esa libertad. Quizás el segundo viaje a Riga
le pueda dar una idea de cuál puede ser el sentido de una vida.
5) No
sé cómo continuará esta serie Wallander pero para quien quiera leer un policial
“nuevo” y no refritos o copias de autores célebres me parece que esta es una
excelente novela. El lenguaje es simple. Entendible. Esa escritura clara nos
permite sumergirnos en la complejidad de una investigación policial. Lo
complejo aquí es la situación que nos “pinta” el autor y no una escritura
rebuscada que quiera impresionar a un jurado de un concurso literario.