Levaduras, científicos y otras yerbas

Historias que involucren levaduras, aventuras del pensamiento y unos mates.

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Location: Parque Chas, CABA, Argentina

Docente e investigador

Wednesday, September 27, 2006


ALEJANDRO ROZITCHNER: DOS CURSOS EXCELENTES

En el presente año tuve la oportunidad de hacer dos cursos dirigidos por Alejandro Rozitchner.

El primero se llama “¿Qué hago?” y el segundo “Taller de proyectos de escritura”.

En Qué hago se aborda la cuestión de cómo ser capaces de encarar nuevos proyectos tratando de cumplir con nuestros deseos. Alejandro comienza las clases haciendo esquemas en una hoja grande y sobre la base de estos esquemas la conversación empieza a crecer. En clases posteriores volvíamos a los esquemas para agregarles comentarios o ampliarlos. También recibíamos por E-mail los textos o parte de ellos que se habían discutido. Esto es más que útil porque lo que noto en mis clases en la Facultad es que si uno da primero el texto, el alumno puede perder interés en el texto porque cree que ya lo sabe. Y también algo de la sorpresa o novedad que puede motivar una clase.

También me resultó útil la idea de concentrarse en un libro y exprimirlo en la clase. De esta forma se generar un diálogo alrededor de lo que dice el libro.
La clase con el Libro Tom Peters (Proyecto 50) fue tan interesante que conseguí el libro enseguida. Es decir que la clase me ayudo a ponerme en contacto con un autor que nunca había leído. Del libro tomé dos ideas que implementé en mis actividades. Ahora por ejemplo al revisar mis notas de las clases estoy tratando de conseguir el libro “La nueva psicología del amor” (en Inglés el título hace referencia a un camino diferente)

Hay otra herramienta para remarcar del curso de Alejandro: usa libros de autoayuda o managment que dan ideas muy prácticas de cómo enfrentar problemas. En general los libros de autoayuda son descalificados por mucha gente que considera ofensivo dar pistas o ayudas en la vida. En palabras de un tango “que trole hay que tomar” Quizás las críticas a estos libros vengan de gente que los asocia a la cultura americana. Pero si en la vida algo nos ayuda:¿Qué importa que venga de los norteamericanos? O quizás la crítica venga de psicoanalistas que piensen que estos textos reemplacen a una terapia y no es así.

A modo de continuación hice el curso “Taller de Proyectos de Escritura”. En este curso la idea es lograr un flujo de escritura. Largarse a escribir venciendo obstáculos e inhibiciones. No es un taller para discutir durante dos horas si debe decirse colorado en lugar de rojo o de si es mejor pardo que marrón.
En el taller se discute bastante en qué anda cada participante. Qué pudo hacer en la semana. Cuáles fueron las trabas. Qué proyecto le gustaría encarar. Alejandro siempre nos escuchaba tratando de analizar que formato de texto se podía adaptar a un objetivo de alguien o si por el contrario convendría empezar sin la atadura de un formato en particular. En mi caso, luego de haber tomado otras clases de escritura, la ventaja es que Alejandro nos da de alta enseguida. Uno no es un alumno de por vida de un taller literario, en dónde además de cobrarnos nos convencen de que no estamos listos para publicar.

Por supuesto que como toda actividad grupal dependerá del grupo llevar experiencias interesantes para discutir y compartir. Eso no depende el coordinador.

Este blog por ejemplo es resultado de las prácticas del taller. Yo nunca hubiera imaginado que podía hacer un blog que me permitiera expresarme y de alguna forma ordenar mis ideas a través de textos.

Para ir terminando quiero mencionar dos ideas que están muy presentes en lo que dice Rozitchner. Una es la idea de terminar con el pensamiento crítico. La Argentina es un país lleno de crítica y cada vez estamos peor. En común leer en distintas guías de enseñanza la frase “debe introducirse al alumno o formarlo en el pensamiento crítico ... etc”. No niego que haya gente que ha logrado desarrollar una carrera a base del “pensamiento crítico” pero para mí es preferible formar al alumno en herramientas de propuestas, creatividad, implementar soluciones nuevas etc.
Me parece un daño enseñar que la crítica es el fin último del pensamiento.

Otra de las ideas, es que debemos hacer hincapié en el lado positivo de nuestra personalidad o circunstancias. A veces la concreción de un proyecto puede surgir de expandir lo positivo en lugar de ocuparse de los costados negativos. Nada es perfecto pero podemos mejorar y crecer agregando esfuerzo en la zona favorable.

Así pues que recomiendo los cursos y de mi parte pienso anotarme en futuros cursos.

Thursday, September 21, 2006


ESCUELA OTTO KRAUSE, MUSEO LATZINA.

Cursé el secundario en la Escuela Industrial N°1 Ing. Otto Krause.
Suelo tener una sensación extraña cada vez que visito el colegio después de tanto tiempo de egresado. Una mezcla de nostalgia y de reflexión. Al dirigirme al edificio empiezan a aparecer imágenes de hechos que pasaron cuando era estudiante. Conversaciones en el recreo, discusiones en las aulas, exámenes, tableros de dibujo técnico, profesores y rifas. Creo que además, sin decirlo, cada uno estaba ensayando una personalidad o un criterio para desarrollarse en una profesión, una carrera o en la vida. Así pues, por suerte, como parte de las materias que estoy cursando en la carrera docente de Medicina elegí visitar el museo Tecnológico Ing. Eduardo Latzina, ubicado en el Krause.

Cada museo puede verse desde distintas ópticas. Me pareció que lo más interesante del museo Latzina es ver la historia de un colegio pensado y construido con una gran convicción. Convicción por lo que representaba la tecnología en el desarrollo de un país y en la formación de los alumnos. Convicción en pensar que un alumno puede aprender mejor si dispone de recursos didácticos suficientes y no tiene miedo de ensuciarse las manos.

En el museo pueden observarse por ejemplo fundiciones hechas en el mismo colegio. Para esto, el horno debía prenderse y “colar” los metales fundidos.
El colegio llegó a tener una usina para generar electricidad que aún hoy puede ponerse en funcionamiento.
Hablando con otras personas con las que compartí la visita, coincidimos en que las vitrinas parecían reflejar una mezcla interesante entre creatividad artística y tecnología. Una de las cosas más llamativas a este respecto son las maquetas de Leonardo Da Vinci (puente, máquina voladora, ametralladora de repetición) Me quedé pensando en qué hubiera hecho Leonardo de haber contado con la tecnología de siglos posteriores.

Las indicaciones de quien nos guió en el recorrido fueron muy gratas y con mucha información adicional. Aprovecho esta oportunidad para hacer llegar un saludo a algún “Krausiano” que lea el cometario.

Link: www.aeok.org.ar/museo
Museo Tecnológico Ing. Eduardo Latzina
Paseo Colón 650 - Capital Federal – CP1063
Tel: 4331-6444/5249 int 251 - Fax: 4345-6886
e-mail: museo@aeok.org.ar

Wednesday, September 13, 2006


LA BONDAD Y EL COLESTEROL

Divulgar temas que hacen al avance del conocimiento médico es una tarea necesaria De esta forma la gente incorpora información que le ayuda a la hora de tomar decisiones sobre su salud. Es preciso entonces contar con profesionales que estén dispuestos a actuar de nexo entre la gente y estos conocimientos y un espacio o contexto para enviar la información.

En muchos casos para facilitar estas comunicaciones se recurre a analogías o simplificaciones con mayor o menor grado de éxito.
El exceso de colesterol es un problema importante para la salud de una población. Hay entonces explicaciones y simplificaciones para que un médico se pueda acercar al paciente y explicarle la situación.
Una de esas simplificaciones, hace una separación entre colesterol “bueno” y “malo”.

Vamos a tratar de explicar de qué se trata esto y ver en qué medida esta simplificación ayuda a que la persona amplíe sus conocimientos.

Decir que una molécula, de eso se trata el colesterol, es buena o mala significa asociarla a la idea de cierto animismo o voluntad para hacer algo positivo o negativo. Algo así como que la molécula puede tomar decisiones buenas o malas para nuestro organismo.

Para empezar debemos decir que cualquier molécula, o célula de un organismo participa en una serie de reacciones que forman una red o conjunto de conexiones.
Un cambio involuntario o neutro en un punto, puede entonces producir cambios en otras partes del sistema, pero esto no implica un deseo de perjudicar a la totalidad.

Los lípidos son sustancias poco o nada solubles en agua. Ud. habrá notado que en más de una oportunidad se le ha tapado alguna cañería y necesitó destaparla con soda cáustica. Para evitar estos “taponamientos” en un organismo vivo, los lípidos deben viajar por la sangre en “barcos” denominados lipoproteínas. Así como hay barcos balleneros llenos de grasas y aceites hay otros barcos con menos grasas.

El colesterol viaja entonces en estos barcos denominados lipoproteínas. Si se fija en algún análisis verá sus nombres del inglés. HDL (high density lipoprotein) LDL (light density lipoprotein) además del valor de colesterol total.
Se denomina colesterol “malo” a aquel contenido en las LDL.

Este es el colesterol que puede “caerse” e iniciar taponamientos denominados ateromas. El colesterol denominado bueno es el que está viajando en las HDL porque este barco o lipoproteína puede pasar por distintos “puertos” o tejidos removiendo el colesterol por un proceso denominado transporte reverso.
De ahí entonces las denominaciones de bueno y malo que tienden a darle a las moléculas connotaciones voluntaristas. Por supuesto que muchos médicos mediáticos seguirán con esta terminología pero en mi opinión se subestima a los que los escuchan y no les ayuda a ampliar sus conocimientos.
En la introducción del gen egoísta Richard Dawkins dice que el lector puede no saber biología o bioquímica, pero no por eso es tonto. Podemos darle otras explicaciones y no tenemos porque suponer que no las asimilará. Sólo a través de cuestionarios o entrevistas podríamos establecer si la persona pudo entender o no una explicación más compleja.

Thursday, September 07, 2006

LOS NAVEGANTES Y LOS PLANOS.

En muchas oportunidades cuando iniciamos un proyecto aparecen diferentes obstáculos.
Mucho se ha dicho, y se seguirá diciendo, sobre los viajes de Colón.
Su actitud muestra que quien hace algo introduce un cambio en el mundo. Quizás los demás pueden dedicarse luego a analizarlo, hacer comentarios o criticar.
Sin embargo el hecho inicial surge a pesar las de trabas y los obstáculos...


No piense que Cristóbal Colon los extirpó.
No. No lo crea. Tampoco los subestime.
Han dejado descendencia. Mirando a su alrededor los podrá ver.
En el año 1492, los Planos, libraron su batalla más conocida. Quizás no fue la más importante pero si aquella en que se vieron en la obligación de salir a la luz.
A través de innumerables argumentaciones habían llegado a la conclusión de que el viaje de Colón era una locura. Ellos no tenían dudas de que la tierra era plana.
Viajar entonces era sinónimo de catástrofe.

Pero el Navegante no hizo caso de eso.

A través del tiempo los Planos debieron entonces mejorar su prosa para luchar contra los Navegantes. Han pronunciado frases a modo de sentencias: “Ningún objeto más pesado que el aire puede levantar vuelo”. Excelente. Irrefutable. ¿Quién puede dudar de ello?. Nadie. Y sin embargo los aviones vuelan. No quiero aburrir al lector con los comentarios de los Planos concernientes a vacunación, nutrición, astronomía y otras tantas cosas que han cambiado la vida de los seres humanos. Nada se hubiera podido lograr si hubiéramos escuchado a los Planos.
Sus argumentos son parálisis pura.

Pero los Planos, al darse cuenta que perdían muchas batallas contra los Navegantes, pidieron ayuda a otros grupos: los Judas y los Tibios. Los Judas ya eran famosos antes del episodio de Jesús y tienen la ventaja de que quizás no creen en lo que hacen, pero lo hacen. Eso es una gran ayuda para los Planos.
El aporte de los Tibios es más sutil. Ellos se acercan a modo de “crítica bien intencionada” y dicen: “Esta bien... pero quizás no conviene apurarse tanto”. “Hay que considerar otros factores”. “No sé si este es el mejor momento” “¿Ud. va a hacer eso?”.
La actitud de Los Tibios puede ser muy efectiva. Detrás de un halo de supuesta objetividad, encuentran todo argumento en contrario. De esa forma llevan agua para el molino de los Planos.
De esa forma se pasa la vida y las cosas se olvidan.

Por lo tanto la tarea del Navegante es dura. En solitario, sin saber bien en quién confiar, debe mirar al mar y levar las anclas. Allí lo espera la gloria o la tragedia. Sólo es seguro que al final del viaje, su vida habrá cambiado.

Friday, September 01, 2006


UNA ENTREVISTA SOBRE AMEGHINO.

Conozco a Carlos desde hace tiempo. Hicimos el secundario juntos, en la carrera de química. Luego yo me dediqué a las letras y él siguió con los tubos de ensayo.
Le había explicado por teléfono que necesitaba hacer un reportaje para un blog y accedió. Convenimos en que podría decirme algo sobre Ameghino.

Llegué a horario a la Facultad de Medicina. El edificio de la calle Paraguay tiene las estatuas de Paracelso. Pasteur, Barnard e Hipócrates en su frente.
Subí al quinto piso y lo encontré, sentado esperándome.

¿Que se siente trabajar acá?
Bueno, depende de la época del año. Ahora estamos en época de clases con exámenes y eso es un poco más movido. Hay muchos alumnos. Son cerca de 3000.
Bastantes ... ¿Cuándo empezó tu acercamiento a Ameghino?.
Parece extraño pero fue en la escuela primaria. Yo vivía en Boedo. Iba al colegio Florentino Ameghino. Independencia y Mármol. Era la escuela nueve del distrito escolar octavo. En la Dirección del colegio había un cuadro de Ameghino. Pintado con colores oscuros. Me impresionó. Allí un hombre serio y compenetrado analizaba algunos fósiles. Nunca puede volver a verlo porque ese colegio fue derrumbado para construir una plaza.
¿Qué puede ser interesante de él a casi 150 años de su nacimiento?
Él enfrentó muchos desafíos. Todos los tenemos en cualquier carrera. Ameghino mostró siempre una gran tenacidad y creatividad para enfrentar situaciones difíciles. Quizás hoy cueste entender sus peripecias. Él hacía ciencia en una época sin las estructuras o instituciones que tenemos hoy. En su época no había un organismo como el Conicet que a través de becas permite que la gente se incorpore con menos sobresaltos a la investigación. Las Universidades han imitado esto y el apoyo es mayor auque siempre es insuficiente.
¿Y qué otros desafíos enfrentó?
No era parte del “establishment”. Los principales eran gente relacionada con el naturalista Burmeister. Ameghino no era parte de esos grupos. Hay que tener en cuenta que Ameghino fue uno de los primeros en hablar de evolución en nuestro país. Recién nueve años antes de fallecer recibió un nombramiento en la Facultad de Ciencias de la Plata. Muere a los 57 años a raíz de complicaciones por la diabetes.
¿Cuándo empezó su trabajo?
Nació en la provincia de Buenos Aires en 1854 y de chico con su hermano Carlos, empezaron en forma autodidacta a coleccionar huesos cerca del río Lujan. Un preceptor, viendo sus condiciones le consiguió un cargo para que pudiera estudiar en Buenos Aires. Así empezó a armar colecciones y a escribir sus trabajos. El primero fue en 1877 a partir de una compilación de su primera polémica con Burmeister. En 1878 logra viajar a Europa en donde algunos de sus fósiles fueros comprados. Pero al volver siguieron sus problemas económicos y con su hermano fundaron dos bibliotecas para subsistir. La más importante estuvo en La Plata.
Pero: ¿Qué ha hecho que su nombre sea una referencia en la ciencia?
Quizás la imagen que de él pinta José Ingenieros en “El Hombre Mediocre”. Allí Ingenieros da dos ejemplos de “genios”. Uno es Sarmiento y el otro Ameghino. Parece que Sarmiento tuvo más suerte y reconocimiento posterior.
¿Y cuál es tu opinión?
A veces es bueno dejar que los textos nos den una pista. En el año 1906, Ameghino dio una conferencia al ser nombrado miembro de la Sociedad Científica Argentina. Allí pronunció su “Credo” y antes de leerlo expresó:

“No se debe destruir por simple placer sino en vista de una reconstrucción más perfecta. Los esfuerzos del hombre deben encaminarse siempre hacia el conocimiento de la verdad, cuyo culto será la religión del porvenir. Una creencia destruida deja en nuestro espíritu un gran vacío. No debemos, pues abandonar una creencia sino en el caso de que podamos substituirla con otra que nos resulte más próxima a la verdad. Durante mi ya bastante larga existencia he abandonado muchas creencias sin que dejaran vacío alguno en mi espíritu, porque tuve siempre la buena suerte de substituirlas con otras a las cuales encontraba más en armonía con los conocimientos que iba adquiriendo”.

Yo recalco la idea de creer en algo. Es decir tener siempre una hipótesis de trabajo, principio o paradigma. A partir de esto es posible buscar algo mejor. Me parece que cuestionar todo por deporte no lleva a ninguna parte. Me parece útil entonces tener alguna explicación o interpretación, aunque sean limitadas, y modificarlas a través de la experimentación.
No quiero robarte más tiempo porque sé que tenés que terminar de corregir parciales. Muchas gracias.

Bajé por las escaleras, ya que los ascensores no funcionaban, imaginándome ese cuadro de Ameghino.