Levaduras, científicos y otras yerbas

Historias que involucren levaduras, aventuras del pensamiento y unos mates.

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Docente e investigador

Friday, November 20, 2009



Texto de Alejandro Rozichtner

Tengo a mano un texto de Alejandro Rozichntner que me resulta muy útil.
A veces creemos que el pensamiento crítico sólo es destructivo en las cuestiones sociales pero también puede operar a la hora de desarrollar un investigación científica o una publicación. A veces el exceso de crítica termina paralizando y mandando las cosas a un cajón de dónde nunca salen. Esta actitud genera el criticón. Un sabelotodo que no se compromete con nada. Da la impresión que hasta maldice el haber nacido.
Bueno acá va el texto en cuestión (extraido de www.100volando.net):

Como vamos a desarrollar un diálogo, mejor dicho, como ya lo estamos haciendo a través de este blog, quiero exponer aquí mi visión del pensamiento crítico. Lo que sigue es un fragmento de mi libro "Ideas Falsas":

Idea Falsa de hoy: La inteligencia es pensamiento crítico.

El combate de esta idiotez forma parte de mi credo básico. Como pensador se puede decir que levanto las banderas de la anticrítica y considero que esta absurda valoración de la crítica es más un límite puesto a nuestra inteligencia que un estímulo. Vamos por partes:

* La mayor parte de los docentes lo repiten como si fuera el padrenuestro: lo más importante es que los alumnos desarrollen el pensamiento crítico. La palabrita anda dando vueltas y aparece cada vez que se quiere caracterizar a la inteligencia. ¿Qué es ser inteligente? Ser crítico. O sea: la mirada sobre las cosas debe partir de una manifestación de desconfianza, debe estar a la defensiva, sentirse amenazada y resistirse. ¿No es un mecanismo para crear paranoicos, seres desconfiados, temerosos, encerrados? Tal vez la idea de base es que la realidad es mala y te tiende trampas todo el tiempo, pero ¿quién dijo que es así?

* Otro punto: suele decirse que el sistema necesita crítica. Miremos los hechos: desde que yo nací escucho una crítica tras otra, de manera constante, a todo, siempre, y no veo que ese método produzca grandes resultados.

* Otro punto: la crítica no es necesariamente una versión negativa de las cosas, puede decirse, se trata de una mirada evaluativa, puede ser tanto negativa como positiva. Pero tiende a ser negativa, ¿por qué? Porque en este planteo hay un error fundamental: creer que la perspectiva correcta de las cosas es la que se tiene poniéndose al margen, mirando desde afuera. Para la crítica es valioso mirar desde afuera, para la vida es valioso ver desde adentro.

* La crítica es un entrenamiento para ver la hilacha del mundo. La verdadera inteligencia debería ser un entrenamiento para ver las posibilidades del mundo. No me digas todo el tiempo lo que NO se puede, lo que NO va. Fijate qué podés hacer, cómo hacer que algo funcione. Si invertimos tanta energía en la crítica nos volvemos impotentes.

* ¿Quién es la víctima principal de la crítica? Uno mismo. El criticón se vuelve esteril. El criticón no se deja en paz. Puede ser que de tanto criticar no sepa ya estar a favor ni de sí mismo. O puede ser al revés: como no se acepta a sí mismo anda repartiendo su falta de fe por el mundo.

* La crítica actúa siempre produciendo distancia, dando a entender que el que la ejerce es superior y ve más lejos. El no crítico parece ingenuo. El crítico parece inteligente. El que gusta de algo parece tonto. A mi modo de ver es exactamente lo contrario: el valor de un pensamiento, de una idea, está en su capacidad de entusiasmo, de decir y apoyar lo que quiere, de querer algo. El crítico actúa por rechazo y no produce, el entusiasta acepta, quiere, produce.

* Ok, es verdad, la crítica es parte del pensamiento, una de sus funciones. Pero de ninguna manera la función fundamental. Nuestra cultura sobrevalúa la crítica, la considera un sinónimo de inteligencia, y en ese equívoco se producen más imbecilidades que cosas interesantes.

* ¿El país necesita crítica? El país necesita creatividad, producción de realidad, superar la impotencia crítica y generar desde el poder y la fuerza opciones, experiencias.

* El crítico tiene un tono garca, serio o irónico, parece tener la justa. La crítica es un escudo. El que lo tiene se protege de todo. En realidad es más difícil y valioso mostrar entusiasmo que usar la crítica.

* Objeción: eh, loco, pero vos estás criticando. Respuesta: yo hago la crítica de la crítica. Aunque decir esto parezca una contradicción formal, en cuanto a producción de realidad no lo es. Una cosa es ser crítico, estar enamorado de las ideas cortas y salir a la calle diciendo “este mundo es una mierda” y otra cosa es no quedar atrapado en la falsa lucidez de la crítica, animarse a querer algo y salir a la calle a ver cómo lo lográs.

* Ejemplos de las relaciones personales. ¿Funciona mejor un matrimonio crítico, en donde los conyugues viven criticándose o uno en dónde hay más lugar para el amor y la comprensión? ¿Funciona mejor un padre o una madre crítica o una que apoya a sus hijos? ¿Funciona mejor un jefe crítico o uno que ayuda, enseña y sabe generar una situación de trabajo agradable?

Conclusión: Estamos enfermos de crítica. Tanta negatividad hace que la realidad empeore. En vez de estar en contra tan fácilmente de todo hay que aprender a estar a favor de algo. No digas que NO querés, decí que SI querés y tratá de hacer algo para conseguirlo. Nadie dijo que la vida era fácil. Más que “pensamiento crítico” la inteligencia es “pensamiento creativo, entusiasmo, puesta en juego emocional, producción de realidad”.